Xavier Sala Martín:
Profesor Krugman, déjeme empezar por su lado científico. Cuando yo era
estudiante suyo y usted empezaba a brillar en el mundo académico, había
dos cosas que siempre me impresionaron de usted: La primera es que los
temas que escogía para investigar siempre eran importantes. La segunda
es que parecía darles el nivel óptimo de rigor matemático: ni demasiada
complicación técnica como para hacerlo ininteligible ni demasiado poca
como para hacerlo irrelevante. ¿Qué le recomendaría usted a los jóvenes
economistas que empiezan?
Paul Krugman:
Mi director de tesis, Rudy Dornbusch, me dijo una vez: antes de
escribir artículos académicos, no leas revistas especializadas, ni
repases la última teoría. Pásate unos meses leyendo periódicos e
historia porque la mejor guía para la investigación económica es el
mundo real. Si ese consejo ha sido siempre útil, después de vivir esta
crisis monumental todavía lo es más.
XSM: Usted fue uno de los
padres de lo que se llamó "la nueva teoría del comercio internacional" y
como experto en el tema, siempre fue un gran defensor el libre comercio
sin barreras por parte del gobierno. ¿Todavía lo es?
PK: ¡Si! Es
verdad que el mercado libre no es perfecto, pero los problemas que
causan esas imperfecciones son pequeños si los comparamos con las
ventajas que ofrece el libre mercado. Por lo tanto, sí: todavía soy un
defensor del libre comercio.
XSM: En los años noventa usted
escribió artículos devastadores contra los críticos de la globalización.
Después hemos visto como las desigualdades subían en algunos países
ricos aunque también hemos visto como los grandes países pobres
convergían rápidamente hacia nosotros. Muchos culpan a la globalización
de esas tendencias. ¿Todavía piensa usted que la globalización es buena?
PK: Si. Claro. ¡La globalización de los mercados ha sido enormemente
beneficiosa para la humanidad! Todos los ejemplos de desarrollo
económico de la historia se han basado en la integración de los países a
los mercados globales. Cuando yo estudiaba, el último ejemplo de país
que había conseguido desarrollarse era el Japón de la Revolución Meiji
del siglo XIX. Desde entonces hemos asistido al desarrollo de Corea del
Sur, China, India, Taiwán, Singapur, Indonesia, Malasia, Vietnam y el
resto de Asia. Todos los modelo de éxito que hemos visto se han basado
en la exportación. Es verdad que esto ha causado aumento de
desigualdades en algunos países ricos (y de hecho, también en algunos
países pobres) y eso debería ser motivo de preocupación. Pero eso es más
culpa de no tener unos sistemas de protección social que de la
globalización. Suecia o Canadá están totalmente globalizadas y las
desigualdades ahí no han aumentado como en los Estados Unidos. Las
desigualdades, pues, no son culpa de la globalización y lo que hay que
hacer es arreglar el sistema norteamericano y no poner barreras a los
mercados globales.
XSM: En 1997, a raíz de la crisis financiera
asiática, usted salió a defender los controles de capitales. Hace un par
de semanas usted se hizo famoso en todo el mundo por...
PK: Oh, ¡no! ¡Ya viene una pregunta de corralito! (risas)
XSM:
Exacto. Pero déjeme que lo pregunte de otra manera: ¿Por qué es bueno
que haya libre comercio (es decir libertad de movimiento de mercancías y
servicios) pero no libertad de movimiento de capitales?
PK:
Primero, no soy el único defensor del libre comercio que está a favor de
limitar los capitales en situaciones extremas: Jagdish Bhagwati de la
Columbia University también piensa lo mismo. Segundo, cuando escribí en
mi blog que en España habría corralitos, no estaba haciendo predicciones
sino que estaba describiendo cual sería el proceso si el euro acababa
desapareciendo...
XSM: ¡Pero usted dijo que eso pasaría muy posiblemente en un mes!
PK: Si, pero no se trataba de una predicción. Era una conjetura de cómo
podría ser el proceso de contagio a España e Italia si Grecia salía del
Euro en un mes: los depositantes españoles e italianos en estado de
pánico intentarían sacar su dinero para llevarlo a Alemania, cosa que
llevaría a sus respectivos gobiernos a evitar la salida masiva
imponiendo corralitos.
XSM: Ah. Estábamos hablando por qué poner
barreras al libre comercio es malo pero poner barreras al libre
movimiento de capitales no.
PK: Tercero, tenemos ya unos 35 años
de experiencia acumulada en esto de la movilidad de capital. Y la
realidad es que ha habido muchos episodios desastrosos en los que el
exceso de entusiasmo ha conllevado la entrada masiva de capitales a un
país seguidos de una parada repentina y una salida de capitales
igualmente masiva. Eso es lo que pasó en América Latina en 1982, en
México en 1994, en Asia en 1997, Argentina en 2001 y ahora Europa 2012.
Después de todas esas experiencias, es difícil tener la misma fe en la
libertad de movimientos de capitales que tenemos en la libertad de
comercio.
XSM: Pero sin movimiento de capitales no hay inversión
extranjera, ni globalización (que antes ha dicho usted que era tan
buena), ni todas esos éxitos de desarrollo que nos explicaba hace un
momento (lo que no había visto la humanidad desde la revolución Meiji
del siglo XIX...)
PK: No defiendo ni propongo que las barreras
al movimiento de capitales sean parte de nuestra rutina diaria sino sólo
en casos extremos. Si las barreras estuvieran siempre, acabarían
generando corrupción y todo tipo de problemas. Los controles de
capitales deben ser una medida excepcional que se utilice solamente en
casos de emergencia. Creo que incluso del Fondo Monetario Internacional
estaría de acuerdo con eso.
XSM: ¿Islandia es el ejemplo a seguir?
PK:
Si. Si uno se pregunta si los islandeses se equivocaron al imponer
controles de capital, la respuesta es que no. De hecho, los controles de
capitales son, en gran medida, lo que explica que estén saliendo de la
crisis mucho más rápidamente que otros países europeos.
XSM: Una vez ya era una superestrella académica, usted se convirtió en
una superestrella mediática con sus columnas de opinión en el New York
Times y su blog llamado "La Consciencia de un Liberal". ¿Por qué ese
título?
PK: Es una alusión a Barry Goldwater, senador republicano
y candidato a la presidencia en 1964, conocido en Estados Unidos como
míster Conservador. En 1960 Goldwater escribió un libro titulado La
Consciencia de un Conservador. El título de mi blog es un intento
deliberado de hacerme eco de ese libro ya que mi posición política y mis
valores son totalmente contrarios a los de Goldwater. Y cuidado porque
en Estados Unidos liberal quiere decir todo lo contrario que aquí en
Europa. Si fuese europeo el blog se llamaría "la consciencia de un
socialdemócrata" que es esencialmente lo que soy: creo en un estado del
bienestar que mantenga una red de seguridad fiable y pienso que los
Estados Unidos se equivocan al no tener aspectos importantes de esa red.
Por eso celebré la semana pasada que el Tribunal Supremo mantuviera
intacto el programa de sanidad obligatoria del presidente Obama.
XSM: Cuando usted escribe en The New York Times, parece estar en una cruzada permanente contra los republicanos y a favor de los demócratas.
PK:
Si, y no lo escondo. Entre 2000 y 2005 mantuve una cruzada contra los
intentos republicanos de privatizar la seguridad social y entre el 2006 y
el 2009 en otra cruzada a favor de la reforma sanitaria. Esos dos
fueron mis temas estrella hasta que empezó la crisis financiera.
XSM:
Además de esas cruzadas en temas internos norteamericanos, usted
también escribe sobre muchos otros países del mundo. No hace mucho ha
tenido usted una pelea pública con el presidente de Letonia sobre la
economía de ese país. Da la impresión de que está constantemente
controlando todos los datos de todos los países del mundo. ¿Cómo lo
hace? ¿Cómo lo hace para mantenerse informado constantemente sobre todos
los países del mundo?
PK: Leo blogs. En la actualidad hay muchos blogs fabulosos que dan mucha información.
XSM: ¿Qué blogs lee regularmente para estar informado?
PK:
Leo VOXEu, un blog creado, Richard Baldwin, un exestudiante mío en el
que numerosos investigadores europeos resumen sus trabajos para el gran
público. Leo los blogs de otros economistas. Cada dos o tres días miro
la web del Eurostat para analizar datos. Leo informes del Fondo
Monetario Internacional... De hecho, no es tan difícil estar al día en
esta parte del mundo. Claro que hay países que no controlo. Por ejemplo,
China. No sé nada de China. Tampoco sé nada de Rusia. Básicamente estoy
al día de los países que están en crisis porque eso es lo que me
interesa. Antes de convertirme en periodista, la mitad de mi
investigación era sobre temas de comercio internacional y la otra mitad
era sobre finanzas internacionales. Esos son mis temas y me gusta estar
al día.
XSM: ¿Cree que todo ese tiempo leyendo y escribiendo
blogs es la mejor manera de emplear una de las mentes económicas más
prodigiosas de todos los tiempos? ¿No debería usted dedicarse a la
investigación?
PK: ¡No me digas eso! Tengo 59 años y mis
costumbres teóricas están ya demasiado arraigadas como para hacer
investigación de primera línea. Dicho esto, debo añadir que escribir mi
blog a veces es una fuente de ideas. Algunas de mis investigaciones
recientes han surgido del blog. Por ejemplo uno de mis últimos artículos
con Gauti Eggertsson sobre desapalancamiento, deuda y trampas de
liquidez surgió a raíz de analizar la actual crisis económica para mi
blog.
XSM: ¿Cómo escoge temas para su blog o para su columna del New York Times?
PK: ¡Escojo el escándalo más reciente! (risas) No, en serio. Dado que
tengo un espacio limitado, simplemente miro el mundo y de todo lo que
pasa cada día y si veo algo en lo que puedo influir o en lo puedo hacer
que la gente se fije, escojo ese tema. Por ejemplo, recientemente me
enteré del intento de privatización de una cárcel en New Jersey (mi
estado) que yo creía que sería desastroso y pensé que, a pesar de que no
era un tema de importancia global, mi opinión podía hacer cambiar el
sentido de la decisión política y decidí escribir sobre ello.
XSM:
Usted también es muy influyente en temas de importancia fundamental en
todo el mundo. Por ejemplo, usted criticó la política alemana de
austeridad como garante del crecimiento económico. La llamó incluso "el
hada madrina de la austeridad" para demostrar lo fantasiosa que
representaba la creencia de que la austeridad por si sola y sin
ir acompañada de política de expansión monetaria o políticas de oferta,
llevaría al crecimiento. Le ha costado dos años pero parece que los
líderes europeos están empezando a abandonar esa idea.
PK: Si. Se podría ver así. Esta es la crisis sobre la que yo
tenía pesadillas desde mucho antes que ocurriera. Japón 1990 fue un
suceso profundamente perturbador para mí. Recuerdo que en 1998 hice
estudios académicos serios sobre Japón que demostraban que cuando una
economía se enfrenta a una trampa de liquidez debe utilizar el estímulo
fiscal...
XSM: La trampa de liquidez ocurre cuando los tipos de
interés están tan cerca de cero y ocurre una crisis. Eso es un problema
porque la política monetaria del banco central no puede reducir los
tipos de interés (ya que no pueden ser negativos) y, por lo tanto, no
puede incentivar el crédito a los consumidores y a las empresas y no
puede, por lo tanto, sacar al país de la crisis.
PK: Correcto. Y en esos casos en que la política monetaria no funciona,
sólo se puede utilizar la expansión fiscal. Cuando llegué a la
universidad de Princeton en el año 2000, me encontré con un grupo de
gente preocupada por ese problema: Mike Woodford, Lars Svensson y el que
ahora es presidente del Banco de la Reserva Federal, Ben Bernanke. A
todos nos preocupaba la posibilidad de que lo que había pasado en Japón,
pudiera pasar en Estados Unidos. Y, de repente, la pesadilla se
convirtió en realidad y unos Estados Unidos con tipos de interés
cercanos a cero entró en crisis y la reacción inicial del gobierno no
fue el estímulo fiscal sino la austeridad. ¡Un desastre! Por eso decidí
empezar una cruzada para influenciar al gobierno contra la austeridad.
XSM:
Ya que habla de influencia, permítame una pregunta ética: las personas
influyentes como usted, ¿deben decir siempre la verdad? Por ejemplo, sus
comentarios sobre el corralito en España hace unas semanas fueron
ampliamente comentadas y dieron lugar a que mucha gente con miedo fuera
al banco a sacar su dinero. Sabiendo que sus escritos son seguidos en
todo el mundo, ¿tiene la obligación ética de callarse algunas cosas?
PK:
(piensa...) Esa es una pregunta muy interesante y ese es un verdadero
dilema ético. Déjeme decir primero que lo que dije sobre el corralito en
España lo dije porque no creo que mis palabras puedan desatar un pánico
en un país como España. Por lo tanto, pensé que podía decirlo. Ahora
bien... si un país estuviera al borde del abismo y pensara que mis
palabras podían hacerlo caer, seguramente mediría lo que escribo. No
mentiría... pero quizá callaría algunas cosas o como mínimo suavizaría
mis palabras. Déjame que lo diga de otro modo: si finalmente ocurre eso
que todos tememos que no es otra cosa que un colapso de Europa, no
quiero ser partícipe de ese desastre.
XSM: Pero, como profesor
independiente que es, ¿no debería usted siempre debe decir lo que
piense, caiga quien caiga? ¿Qué pasaría si finalmente viniera un
corralito en el que miles de personas perdieran sus ahorros y usted, a
sabiendas de que eso podía pasar, no los hubiera avisado?
PK: Por eso digo que es una pregunta interesante. Supongo que estoy
pensando en un mundo donde hay equilibrios múltiples: si las palabras de
una persona influyente pueden llevar a una economía sana a colapsar por
culpa de los pánicos y el silencio de esa persona le lleva al
equilibrio sin colapso, entonces la situación que describes no se da y
el silencio es la mejor opción. (piensa...) Digamos que me siento más
cómodo hablando de España que de Grecia porque España está más lejos del
abismo. Pienso que cuando un país está cerca del precipicio hay que ser
prudente.
XSM: Usted ha sido criticado y ha tenido peleas
mediáticas con algunos de los macroeconomistas más importantes del
mundo: Greg Mankiw y Robert Barro de Harvard, John Cochrane y Bob Lucas
de Chicago o Ed Prescott de Arizona State (estos dos últimos han ganado
el premio Nobel en Macroeconomía). Dicen que usted (que ha ganado el
mismo premio, pero por la teoría del Comercio Internacional) opina sobre
macroeconomía sin haber hecho nunca investigación en ese campo. Es como
si un cardiólogo opinara sobre el cáncer: por más que sea el mejor
cardiólogo del mundo, no tiene el nivel de los expertos en cáncer. ¿Cómo
les contesta?
PK: Primero, yo he hecho investigación sobre
macroeconomía internacional durante más de treinta años. De hecho, ¡yo
inicié la teoría de las "crisis de divisas" que hoy es tan importante en
la crisis europea actual! Es más, como he explicado antes, hice
investigación sobre política monetaria cuando los tipos de interés están
cerca de cero. Dicho esto, no entiendo esto del "credencialismo":
¿antes de opinar uno tiene que presentar sus credenciales
investigadoras? A mi me gusta creer que yo estoy abierto a todas las
ideas que tienen sentido, aunque sus autores no tengan credenciales. Lo
que deberíamos discutir son las ideas y no si autor tiene suficiente
currículum. Si una cosa hemos aprendido de esta crisis es que muchos de
los que estaban en la frontera del conocimiento y la investigación
macroeconómica no han sabido o podido contribuir a solucionar los
problemas y muchas de las contribuciones han venido de gente discreta
que estaba en la sombra de la profesión.
XSM: Hablemos del euro. Usted siempre fue muy crítico con la unión
monetaria. Los europeos criticaban a la gente que, como usted, se oponía
a la moneda única acusándoles de defender el poder monopolístico del
dólar. ¿Qué les diría hoy a esos críticos?
PK: Si. Esa crítica
es muy divertida. La vehemencia con la que la gente defiende la moneda
única es inversamente proporcional a sus conocimientos de economía
internacional. A ver. Es verdad que muchos contratos en el mundo (como
los del petróleo) se suscriben en dólares... pero no está claro que eso
represente una ventaja para Estados Unidos. También es verdad que muchos
extranjeros guardan dólares (normalmente en billetes de 100) en sus
casas. Al guardarse un dólar a cambio de nada, es como si le hiciera un
crédito a Estados Unidos a un tipo de interés nulo. Como hay unos
500.000 millones de dólares fuera de los EEUU, si el tipo de interés es
del 4%, eso representa un ahorro de 20.000 millones a Estados Unidos.
Esto está bien... pero en una economía con un PIB de 15 billones de
dólares es una trivialidad. Por cierto, también hay mucha gente que
guarda billetes de 100 o 500 euros en casa. Los gángsters sudamericanos
usan dólares. Los gángsters rusos guardan euros y todo el mundo está
contento. Resumiendo: los que decíamos que el euro era una mala idea no
lo decíamos porque no queríamos que el dólar tuviera un rival. Los
decíamos porqué era una mala idea. De hecho, retrospectivamente podemos
decir que estábamos equivocados... pero no porque el euro haya ido bien
sino porque ha ido mucho peor de lo que decíamos.
XSM: La realidad es que el euro ya está aquí. Quizá se hizo mal pero ya está aquí. ¿Se puede volver atrás?
PK:
Pues a riesgo de parecer irracional, creo que sería una mala idea que
desapareciera. Los costes de transición hacia las antiguas monedas
serían enormes... pero esa no es la razón principal. El principal
problema de la desaparición del euro sería que representaría el fracaso
de la "idea de Europa". El proyecto europeo es muy importante no solo
para Europa sino para la humanidad entera. La integración de un grupo de
países para compartir democracia, paz y valores comunes en un
continente que ha vivido cosas tan terribles como las guerras mundiales,
forma ya parte esencial de lo que representa hacer un mundo mejor. No
quiero ver que un proyecto así caiga por culpa del euro. Por lo tanto,
pienso que sería bueno que el euro continuase.
XSM: La pregunta es: ¿Qué debe hacer Europa para salvar su moneda?
PK:
Creo que si se pudiera combinar una inflación superior en el centro que
en la periferia con una intervención del Banco Central Europeo (BCE)
como prestamista de última instancia, el Euro se podría salvar.
XSM: Vayamos por partes y empecemos con la inflación diferencial.
PK:
El principal problema de los países de la periferia entre los que se
encuentra España es que no han podido depreciar su moneda. Por ejemplo,
en España, al explotar la burbuja, el sector de la construcción estaba
sobredimensionado. Al reducir su tamaño se generó una gran crisis que
solo podía ser aliviada con el crecimiento de algún otro sector. Dada la
falta de demanda interna la única alternativa era la exportación. El
problema es que no era suficientemente competitiva. Si España hubiera
tenido su propia moneda, hubiera podido conseguir la competitividad de
sus productos a través de una devaluación. Pero al tener el euro, eso no
era posible. Una alternativa era que los productos del centro
aumentaran su precio en relación a los españoles. Es decir, para que
España recupere competitividad se necesita que su inflación sea inferior
a la alemana durante unos años. El problema es que Alemania, hoy, tiene
una inflación cercana a cero. Por eso digo que sería importante que la
inflación alemana aumentara.
XSM: ¿De qué nivel de inflación estamos hablando?
PK:
Entre 4 y 5% en Alemania y entre 0 y 1% en España. El promedio europeo
quedaría en un 3%. Eso debería ser suficiente para generar el ajuste
necesario.
XSM: El segunda cosa que tendría que pasar para
salvar el euro, decía usted, es que el BCE hiciera de prestamista de
última instancia.
PK: Correcto. El (BCE) no está actuando como
prestamista de última instancia y no compra la deuda soberana y bancaria
española e italiana que debería comprar para reducir la prima de riesgo
a bancos y gobiernos. Sin eso no se puede salir de las crisis.
XSM: ¿Y qué pasa si los alemanes se niegan a aceptar una inflación
superior y a que el BCE intervenga como prestamista de última instancia?
PK: Si Alemania no cede, el euro se rompe.
XSM: ¿Si Alemania no cede, el euro se rompe?
PK:
Si, si. Si Alemania no cede, España no va a tener otra alternativa que
salir del euro. Lo digo porque, insisto, para solucionar el problema de
la competitividad española los salarios de España tienen que bajar en
relación a los alemanes. Y si los alemanes no tienen inflación, la única
alternativa sería que bajaran los salarios españoles. Pero eso de bajar
salarios no lo ha conseguido hacer nadie. Ni los irlandeses, con toda
su flexibilidad, ni los Letones, con toda su austeridad. La reducción
salarial, pues, no es una opción. Por lo tanto, si Alemania se niega a
tener más inflación, la competitividad española va a seguir siendo baja y
la única opción será salir del euro.
XSM: A ver, exploremos
alternativas. Ya ha explicado que defiende la expansión fiscal para que
los Estados Unidos salgan de la crisis. Muchos analistas utilizan sus
escritos para defender una política similar en España. ¿No podría España
seguir una política fiscal expansiva?
PK: No. En primer lugar,
los acreedores y los mercados financieros imponen una prima de riesgo
que no hacen factible que España siga manteniendo ese déficit público
tan elevados. Pero ese no es el problema principal. El problema
fundamental de España es que tiene que hacer un ajuste estructural
importante para hacer más competitivas sus exportaciones. En este
sentido, un aumento del gasto público no va a funcionar porque no
soluciona el problema fundamental de la falta de competitividad de
España. España y Estados Unidos tienen problemas distintos y por lo
tanto, requieren soluciones distintas. Los Estados Unidos no tienen un
problema de falta de competitividad.
XSM: Y claro, si el problema es de competitividad, la austeridad tampoco va a funcionar, ¿no?
PK: No. La austeridad tampoco arregla los problemas de competitividad.
XSM:
Pero qué pasa si la austeridad viene impuesta por Europa a cambio del
rescate de la banca... Usted ha dicho antes que es un gran defensor del
estado del bienestar. Parece que la Unión Europea plantea ayudas a los
países con problemas a cambio de que éstos hagan recortes en sus estados
del bienestar. ¿Hacen bien los países como España de aceptar ese tipo
de ayudas con ese tipo de condiciones?
PK: Si. A veces da la
impresión de que el BCE chantajea a los europeos y les dice que no va a
hacer su trabajo como prestamista de última instancia si no se reduce el
tamaño de su estado del bienestar. Y no lo hacen porque crean que eso
contribuirá a salir de la crisis. Lo hacen porque odian profundamente el
estado del bienestar. En el caso de España, es cierto que se debe
liberalizar el mercado laboral porque la tasa de paro es extravagante y
eso es culpa de su mercado laboral disfuncional, pero la sanidad
universal y las prestaciones de desempleo básicas deberían seguir.
Eliminarlas no solucionaría el problema y sería malo.
XSM: Todo esto está muy bien, pero los europeos imponen condiciones a cambio de los rescates bancarios ...
PK:
Pensé que los acuerdos de la cumbre del 29 de junio decían que se
rescataría directamente a los bancos españoles y que no habría
condiciones.
XSM: No. El documento oficial que se publicó
después de la cumbre habla, de hecho, de tres tipos de condiciones:
condiciones sobre las instituciones bancarias intervenidas, condiciones
sobre el resto del sector financiero y condiciones macroeconómicas a
nivel de país. Como no tenemos la letra pequeña del memorándum, no
sabemos cuales van a ser esas "condiciones macroeconómicas" pero todo
apunta a subidas de impuestos y más recortes de gasto.
PK: Ah,
bueno! Si es así, los europeos se equivocan. No tendría que haber
condiciones más allá de las impuestas al sector financiero.
XSM: Hablemos, pues, de la regulación del sector financiero. En 2009
todo el mundo glorificaba a los reguladores españoles por haber impedido
que su sistema bancario se infectara con bonos tóxicos americanos
llenos de hipotecas subprime. Pero esos grandes reguladores no se
enteraron de que esos mismos bancos estaban infectados con créditos al
sector de la construcción que, como usted ha indicado, acabó siendo el
gran problema de España. ¿Podemos confiar en que esos reguladores van a
saber poner las condiciones ideales para que el sector supere la crisis?
PK: (piensa...) Si España no hubiera entrado en el euro, no
habría habido burbuja, el regulador bancario español no hubiera tenido
problemas. Y si España hubiera tenido manera de ajustar su tipo de
cambio, incluso después de la burbuja, no habría habido problemas. Por
lo tanto, el problema de España no es el regulador.
XSM: Si,
claro. El regulador siempre funciona cuando las cosas van bien. La
pregunta es cómo funciona su regulación cuando llega la crisis. Es un
hecho que España estaba en el euro, que tenía burbuja, y que los bancos
estaban llenos de créditos a la construcción. En ese marco, el regulador
no supo impedir la catástrofe...
PK: Si. Los reguladores
cometieron el error de creer que solo los productos exóticos son tóxicos
y no pensar que a veces un simple crédito a la construcción también
puede serlo. Supongo que tienes razón: en Estados Unidos el desastre fue
causado por complicados productos financieros que nadie entendía.
Europa consiguió crear un desastre similar con unos activos mucho más
sencillos como eran los créditos inmobiliarios.
XSM: Volvamos a
la famosa cumbre del dia 29 de junio. ¿Es el fin de la crisis europea?
PK: No. Es un paso en la dirección correcta, pero se necesitan 19 pasos
más en la misma dirección.
XSM: ¿Por qué es la dirección correcta?
PK:
Bueno, pues porqué, a pesar de que no sabemos exactamente las
condiciones y a pesar de que, leyendo los documentos, es difícil en este
momento saber cómo va a ser el rescate bancario de España, todo apunta a
que el peso del rescate no va a recaer en el gobierno español y eso es
bueno.
XSM: ¿Y por qué faltan 19 pasos más?
PK: Por varias razones.
Primera, el ESM que figura que tiene que rescatar a la banca española no
tiene suficiente dinero. Segunda, no se ha dicho nada sobre cómo se van
a producir los ajustes macroeconómicos de los que hablaba antes.
Tercera, no se explica cómo se consigue restaurar la competitividad de
países como España. Ya he explicado que sin esa competitividad, la única
alternativa es la desaparición del euro. En la parte positiva tenemos
que los países del antiguo imperio romano se unieron para luchar contra
Alemania.
XSM: Si, pero a letra pequeña todavía no se ha escrito
y, como ha dicho usted, el ESM no tiene suficiente dinero y quizá
cuando llegue el momento de financiar meter dinero en el fondo de
rescate y de escribir los detalles del rescate bancario español, los
alemanes ¡se van a acordar de la alianza de los miembros del antiguo
imperio romano!
PK: Si. El dinero no vendrá de Alemania. Solo el
BCE puede poner esa cantidad de dinero. El LTRO fue una demostración
impresionante del poder del BCE. Funcionó durante unos meses. Algo
similar se debe repetir.
XSM: Hablemos de los Estados Unidos.
Claramente, después de un 2011 en el que se respiraba optimismo, los
problemas parecen volver a la economía norteamericana. ¿Por qué les
cuesta tanto salir de la crisis? ¿Tan mal lo hacemos los economistas?
PK:
El gran problema de los Estados Unidos es la política. Tenemos una
clase política extraordinariamente polarizada. En particular, el partido
republicano actual no es el de hace 30 años sino que se ha convertido
en una organización ultra-radical. Está intentando derribar muchas de
las conquistas sociales y económicas de los últimos 80 años. Es más, sus
estrategias políticas son salvajes. Sin ir más lejos, el verano pasado
hubo un intento de hacer política a través del chantaje: "si no nos dan
lo que queremos, forzaremos la quiebra del estado y no aprobamos un
aumento del techo de la deuda. Eso hace que sea casi imposible hacer
ningún tipo de política en este país.
XSM: Pero durante los dos primeros años de mandato de Obama, empezando
en 2008, los demócratas tenían mayoría en el congreso y un empate en el
senado y no hubo mucho progreso. ¿De verdad todo el problema del
inmovilismo político en Estados Unidos es culpa de los republicanos?
PK:
Mayoritariamente si, aunque sí es verdad que otro problema son las
divisiones dentro del partido demócrata donde no hay unidad de criterio.
Por ejemplo, se acaba de hacer público el memorandum que los asesores
le pasaron a Obama al comenzar su mandato en diciembre 2008. Si uno lo
lee, encuentra graves contradicciones internas. Es como si el documento
hubiera sido escrito por tres personas distintas con tres visiones
distintas. Una parte del documento parece que la hubiera escrito yo
(supongo que es la parte que escribió Cristina Romer) porque dice que
los estímulos fiscales son ncecesarios. Pero otras partes del documento
explican los peligros de los déficits excesivos. Esa falta de convicción
y cohesión impidió que se aprobaran los estímulos fiscales necesarios
para salir de la crisis en 2008.
XSM: Usted ha venido a Madrid a
presentar su nuevo libro "¡Acabad ya con esta crisis!" (Ed. Crítica)
Explique a los lectores por qué deberían comprarlo.
PK: ¡Porque
tiene unos gráficos muy chulos! No. En serio. Porque espero que,
leyéndolo, aprendan la verdadera historia sobre lo que ha pasado. La
versión oficial es tan equivocada que pienso que el libro puede ser útil
en este sentido.
XSM: Y para acabar, usted sabe que ayer España
ganó la Eurocopa de naciones de fútbol. ¿Cree que este tipo de
victorias son buenas para la economía?
PK: ¡Claro! Ante todo,
felicidades a España por la victoria. Y si. Este tipo de victorias
genera optimismo y el optimismo es bueno. Es más, pienso que hubiera
sido terrible para la psicología del continente que Alemania ganara esta
Eurocopa. No tuve la suerte de ver la final. Vi la semifinal de
Alemania e Italia y me impresionó el juego de Italia. Visto que España
le ganó 4-0 en la final, ¡no puedo ni imaginarme lo bueno que debe ser
España!
La Vanguardia
08/07/2012